El daño ambiental y social del vertedero de Toa Alta y por qué no ha cerrado

El daño ambiental y social del vertedero de Toa Alta y por qué no ha cerrado

Por: Camille Padilla Dalmau y María Ocasio Torres

¿Qué puedes esperar de esta historia?

  • Durante décadas, las comunidades aledañas al vertedero de Toa Alta han pedido su cierre.
  • En 2017 se decretó la orden de cierre del vertedero y en 2021, el Departamento de Justicia Federal, en representación de la EPA, demandó al Municipio de Toa Alta para exigir que se detenga la disposición de residuos sólidos en su vertedero, y a tomar medidas para abordar las amenazas a la salud pública y al ambiente.
  • La EPA estima que anualmente percolan entre 25 a 40 millones de galones de lixiviados de este vertedero al suelo, cuerpos de agua superficiales y cuerpos de agua subterráneos.
  • Este artículo es parte de una serie que comienza contextualizando el problema y luego hablaremos sobre respuestas comunitarias. ¿Conoces de proyectos que desvían residuos? Llena esta encuesta.

Rafael e Irma Ramos construyeron su casa en unos terrenos heredados a finales de los años 1960 en el barrio Contorno de Toa Alta. Lo que no se esperaban es que un vertedero afectaría su calidad de vida y la salud de su familia. “Los cuatro niños siempre estaban enfermos,” explicó Irma desde su hogar en Florida donde se tuvieron que mudar para acceder a servicios médicos apropiados. 

“Para mí es traumático porque nosotros sufrimos y a veces no teníamos los recursos para ir al médico” explica su hijo Rafael Ramos Jr. quien acompañaba a su mamá. A principios del 2022, Rafael Sr. murió y el vertedero que afectó su vida sigue abierto—contaminando y enfermando a la comunidad de Toa Alta.

La pastora Sary Nitza ofrece

“Esta familia tuvo que abandonar su hogar porque ya la salud no le resistía más a Rafael y a Irma. Fueron desplazados. No es la única familia”,

expresó la Rvda. Dra. Sary Nitza Rosario, quien fue pastora de la familia, en una vista pública del 23 de febrero de 2022.

Las comunidades aledañas al vertedero de Toa Alta han luchado por décadas, reclamando justicia ambiental y exigiendo el cierre del vertedero, pues han sufrido de primera mano las consecuencias de los malos olores, vectores, gases y lixiviados productos del mal manejo de los residuos sólidos de este vertedero desde que comenzó sus operaciones en el 1966. La burocracia y falta de voluntad del gobierno federal, estatal, y municipal han evitado que se cumpla con el cierre del vertedero.

El daño comunitario y ambiental que presenta el vertedero de Toa Alta

El vertedero de Toa Alta es denominado como ‘vertedero abierto’ por no cumplir con los principios básicos de un sistema de relleno sanitario de calidad para la protección del ambiente y de la salud humana: 

En el 2002, la Agencia Federal de Protección Ambiental (EPA) comenzó a involucrarse para atender los problemas de los vertederos en Puerto Rico y en el 2006 bajo el mandato de Alan Steinberg, entonces administrador region 2 de EPA  comenzó a tomar acción para cerrar los vertederos de Toa Baja, Aguadilla, y Santa Isabel. En el 2017 finalmente la EPA decretó la orden de cierre del vertedero de Toa Alta. En febrero de 2021, el Departamento de Justicia Federal, en representación de la EPA, presentó una demanda en el Tribunal Federal en Puerto Rico reclamando al Municipio de Toa Alta por acción expedita y efectiva para detener la disposición de residuos sólidos en su vertedero debido a que las condiciones en el vertedero municipal constituyen un “peligro inminente y sustancial” para el ambiente y la salud humana.

La vista pública del 23 de febrero de 2022 se llevó a cabo para obtener comentarios de las comunidades con relación a una orden preliminar que exigirá al Municipio de Toa Alta implantar una serie de medidas para atender inmediatamente los problemas serios causados por el mal manejo del vertedero.

En la vista se destacó la falta de protección a las aguas subterráneas como la principal amenaza ambiental del vertedero, pues éste no cuenta con un revestimiento (conocido en inglés como “liner”) efectivo que evite que los desechos y escorrentías con lixiviados contaminantes escapen del vertedero. 

¿Qué son los lixiviados y
por qué son peligrosos?

Los lixiviados son los líquidos que se forman por la descomposición del material orgánico (sobras de comida, hojas, grama) o por la percolación del agua de la lluvia u otros líquidos presentes en los residuos. Debido al mal manejo de los vertederos, los lixiviados pueden escapar a los ecosistemas cercanos, incluyendo los cuerpos de agua superficiales y subterráneos.

 Los lixiviados contienen metales pesados, amonio y otros compuestos orgánicos e inorgánicos, que pueden contener componentes radioactivos, xenobióticos (ajenos a los organismos vivos y a los ecosistemas), fármacos y hasta antibióticos. Adicionalmente, se han encontrado bacterias resistentes a antibióticos en algunos lixiviados. Existe vasta evidencia de los efectos adversos de los componentes de los lixiviados en el ambiente, la naturaleza y en la salud humana. Algunos de estos componentes cuentan con propiedades inflamables, irritables, tóxicas, mutagénicas (causan cambios en el ADN) y corrosivas. 

Existe una asociación prolongada entre los metales pesados presentes en los lixiviados y los siguientes padecimientos: enfermedad cardiovascular, cáncer, enfermedad de Alzheimer, enfermedad de Huntington, diabetes mellitus y enfermedad de Parkinson. Adicionalmente, se ha encontrado que algunos de los componentes de los lixiviados son disruptores endocrinos (afectan el buen funcionamiento del sistema endocrino y las hormonas) con consecuencias adversas en el sistema reproductivo.

 “Lo prístino de la finca donde se encuentran unos hermosos guayabales, que es un sumidero, ahora es la fosa de oxidación, que alberga los lixiviados, los cuales van directamente al agua subterránea, la cual están contaminados en toda la área. Es lamentable y crimen ambiental lo que ha ocurrido en nuestra comunidad” dijo Calise Cintrón.

Según la vecina, su familia ha estado luchando para cerrar el vertedero por 50 años.

Sin embargo, los lixiviados que las comunidades ven son una mínima parte. El ingeniero Carl Plössl mencionó en la vista que la EPA estima que anualmente percolan entre 25 a 40 millones de galones de lixiviados de este vertedero al suelo, cuerpos de agua superficiales y cuerpos de agua subterráneos.

Basado en el modelo HELP de la EPA, Plössl estima que cerca del 1% de estos millones de galones de lixiviados llegan a las comunidades aledañas por escorrentías de lluvia, mientras que el resto llega al Acuífero Inferior de la Región Norte de Puerto Rico. El ingeniero argumentó que este acuífero actualmente no es usado extensamente, pero que es un recurso potencial para las generaciones futuras en Puerto Rico. No obstante, la demanda del 2021 menciona que varios pozos industriales y algunos pozos de suministro de agua pública conectan con el acuífero inferior.

Las características físicas y químicas de los lixiviados del vertedero de Toa Alta fueron documentadas en la disertación doctoral de la Dra. Luz Stella Betancourt Moreno (Betancourt-Moreno 2011).

El caso de Toa Alta representa un problema mayor en Puerto Rico

En 2004, la Junta de Calidad Ambiental de Puerto Rico (JCA) reportó un problema de lixiviados en el 53% de los 32 vertederos que estaban operando para ese entonces (Betancourt-Moreno 2011). Hoy en día, de los 29 vertederos que se mantienen operando en Puerto Rico, 11 tienen órdenes de cierre, incluyendo el de Toa Alta.

En septiembre de 2021, el DRNA presentó una orden administrativa contra el municipio de Toa Alta para que dejara de depositar residuos en el relleno sanitario e instalara una cobertura permanente en el vertedero; mientras que en octubre de 2021, el DRNA anunció un plan para atender el cierre de todos los “vertederos abiertos” en Puerto Rico, incluyendo el de Toa Alta. 

La burocracia y falta de voluntad para atender el problema

“Si no se hace nada [sobre el manejo de residuos sólidos], las implicaciones serían significativas y provocaría un impacto ambiental serio que perjudica la salud pública”, expresó el ingeniero civil Felipe Nazario Muñiz quien se especializa en el manejo de residuos sólidos.

Según Nazario Muñiz, el gobierno de Puerto Rico ha reconocido el problema de los vertederos desde hace más de 50 años. En 1971 Puerto Rico creó el primer Plan Comprensivo para el Manejo de Desperdicios Sólidos de Puerto Rico. El año anterior se estableció la Junta de Calidad Ambiental y se transfirió a este cuerpo los programas de contaminación que estaban bajo el Departamento de Salud. Sin embargo, “no se le transfirió completamente el presupuesto ni el personal”, según un recuento histórico que escribió Nazario Muñiz. 

El mal manejo de los residuos sólidos no se puede culpar a la mala planificación según el ingeniero, sino a la falta de recursos para implementar lo que se planificó.

“Requería una serie de recursos multimillonarios para poderlos implementar pero yo entiendo que mucho menos de la mitad de lo que se se planificó, se desarrolló y no todo lo que se desarrolló se está utilizando. Lamentablemente, volvemos a pecar en otro acto donde se lleva a cabo una planificación pero la acción correspondiente no se realiza y debemos tratar de evitar que eso vuelva y suceda [...] La burocracia, la falta de voluntad y seriedad para atender el problema se traga esa planificación”.

Más allá de lo económico, hay unos factores sociales y administrativos que imposibilitan un manejo de residuos sólidos integral. “La burocracia, la falta de voluntad y seriedad para atender el problema se traga esa planificación”, explicó el ingeniero.

Los municipios no dan abasto

Los municipios de Puerto Rico tienen la responsabilidad completa del manejo de residuos sólidos desde 1912, según lo reglamentó el Departamento de Salud. Nazario explicó que es un reto para los municipios sostener esta actividad y contratan a empresas privadas que planifican sus rutas con fines económicos. 

En el caso de Toa Alta hay tres actores involucrados en el cierre: el municipio, el DRNA y la EPA. 

“En muchas ocasiones, cuando se discute el proceso del cierre de un vertedero, algunos piensan que el proceso es solo cerrar el portón de la entrada y ponerle un candado para que no se realicen más desperdicios sólidos. Pero eso no es así. El proceso de cierre requiere de una inversión significativa de fondos, no solo para planificar las obras, sino después para ejecutarlas”, expresó el alcalde de Toa Alta Clemente "Chito" Agosto.

Agosto añadió que el proceso de aprobación de las otras agencias también hace más complejo y lento el proceso. “Por ello, en Puerto Rico la experiencia ha sido que un vertedero se prepara para cierre, pero sigue operando para así tener ingresos que permitan costear la inversión significativa para el cierre”, explicó.

En estos momentos, el municipio de Toa Alta tiene la bola en su cancha, ya que se está esperando que entreguen un plan de cierre al DRNA para que sea aprobado y financiado. Se espera que el municipio entregue el plan para Octubre del 2022.
Además de retos económicos, hay un reto de infraestructura. “El vertedero de Toa Alta no se ha podido cerrar porque no existe una infraestructura viable para moverlo”, explicó Nazario. Sin embargo, el ingeniero recalca que hay programas federales que pueden aportar a la inyección económica que necesita Toa Alta para el cierre.  

Una coyuntura sin precedentes

“El dinero federal disponible hoy en día es novel. Tenemos que aprovechar esta oportunidad es importantísimo para el país, para las comunidades y ese es mi compromiso” expresó María V. Rodríguez Muñoz, directora del área de control de contaminación del terreno para el Departamento de Recursos Naturales.

Rodríguez Muñoz explicó que tras los huracanes Irma y María, los temblores y la pandemia, una serie de dinero federal se ha destinado para mejorar la infraestructura de Puerto Rico, incluyendo los vertederos.

En Octubre del 2021, el gobernador Pierluisi y el ex-secretario del DRNA Rafael Machargo anunciaron la Estrategia de Emergencia para la Infraestructura de Desperdicios Sólidos en la Isla que destina $31 millones de fondos federales del Plan de Rescate Americano (ARPA, por sus siglas en inglés) para cerrar los vertederos en incumplimiento. “Además de los fondos ARPA, el Gobierno estará asignando fondos de CDBG-MIT y el DRNA tiene acceso a $40 millones asignados por la EPA”, indicó un comunicado de Fortaleza.

En Octubre del 2021, el gobernador dijo que la primera fase es “llevar a cumplimiento el 100% de los sistemas de rellenos sanitarios”.  Según Rodríguez Muñoz, de esos $40 millones, $26 millones se van a usar para los cierres.

“Es la primera vez que se está dando esta coalición de tanto dinero y asegurarse que los vertederos cumplan con la reglamentación”, añadió la servidora pública.

Este medio continuará investigando cómo se distribuye y usa ese dinero.

En la vista pública muchos expresaron frustración por el proceso del cierre. “Han puesto por encima el procedimiento de los resultados”, expresó el licenciado Miguel Sarriera haciendo referencia a la burocracia y falta de acción de la EPA.

“Realmente es indignante ver la forma en la que se nos ha tratado como comunidad, se nos ha tratado como puertorriqueños y se nos ha sometido en un ambiente degradado. Un ambiente degradado el cual la EPA no permite que se dé en ningún otro sitio. Solamente lo permiten aquí en Puerto Rico. Yo tengo que estar aquí escuchando a los funcionarios municipales, que nos van a dar las soluciones a todos los problemas, pero si ellos tienen el problema en las manos, ellos lo crearon, ellos lo mantienen, a ellos tuvieron que demandarlos. Ellos no cumplieron con la orden. ¿Cómo nosotros podemos esperar soluciones de la gente que han causado y que mantienen el problema?” añadió.

¿Dónde está el reciclaje?

El municipio de Toa Alta no cuenta con un Programa Educativo sobre Reusar, Reducir y Reciclar ni de un Programa de Reciclaje que permitirían un desvío significativo de residuos que llegan al vertedero. Hasta ahora, el plan de cierre no incluye un plan de reciclaje. No fue hasta enero del 2022 que el municipio comenzó una alianza con la organización sin fines de lucro Brigadas Comunitarias para recibir botellas de vidrio, galones de plástico y latas de aluminio a un Centro de Reciclaje en Toa Alta Heights. El municipio les donó el espacio de un antiguo Head Start para comenzar la primera fase del proyecto: recibir material. 

Según Tamaris Hidalgo, directora ejecutiva de Brigadas Comunitarias, en menos de 5 meses han recopilado más de 800 libras de material reciclado.  Hidalgo dice que los toaalteños muestran “entusiasmo, emoción y compromiso” con el proyecto y están pidiendo crear más centros de acopio en sus comunidades. En estos momentos, la organización busca fondos para la segunda fase del proyecto: instalar otros centros y ofrecer talleres a través del pueblo. 

“Ya ha cambiado la mentalidad de decir que esto es un problema del municipio y es una solución que abarca a todo el mundo”, expresó en una llamada telefónica. 

Las comunidades no se rinden

Ante el largo cierre, las comunidades en Toa Alta se mantienen informadas y presentes. La vista pública fue prueba de ello ya que las gradas del Coliseo Lauro Dávila  estaban llenas de vecinos. (Algo inusual para las vistas públicas que muchas veces se llevan a cabo como formalidades.) 

“Esto es un problema que tenemos que trabajar unidos. Aquí no está el alcalde solo, ni la EPA sola, ni Justicia. Yo creo que es un problema de dignidad humana, de justicia y de ética y de dignidad. Así que creo que nos toca a todos colaborar. Por esto y por todo lo que han sufrido nuestros vecinos, estamos aquí. Por los que han muerto, por los que están encamados y no pudieron venir hoy, que no pueden buscar aire más limpio, no pueden comparecer ante ustedes. Por el futuro de estas comunidades que se resisten a ser desplazadas de la tierra de sus ancestros. Por la flora y la fauna y por el agua que necesitamos todos para beber. Por un presente y futuro digno para nuestra gente, no solo de Toa Alta, sino de todos aquellos a los que por el agua y el aire les puede llegar esta contaminación”, añadió Sary Nitza Rosario Ferreira al final de su ponencia.

¿Conoces de soluciones?

En próximas publicaciones estaremos entrando más a fondo sobre las soluciones a través de Puerto Rico para atender el problema de los vertederos. ¿Conoces a personas que trabajan esfuerzos de reciclaje y gestión de residuos sólidos en Puerto Rico? Ayúdanos a completar esta investigación contestando una encuesta corta.

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