
Epidemia en los arrecifes de coral
Una enfermedad de propagación rápida presenta una amenaza letal hacia los corales de Puerto Rico
¿Qué puedes esperar de esta historia?
- Biólogos marinos explican cómo en el último año se ha perdido el 40% y el 60% de los corales vivos en Puerto Rico.
- Además comparten las soluciones necesarias para rescatar a los corales.
- Al final de la historia, te explicamos cómo puedes ayudar a estos esfuerzos.
- Click here to read the English version of this story published at Earth Island Journal.
En el Balneario del Escambrón, en la costa de San Juan, la capital de Puerto Rico, el océano espumoso se mece con el viento. Las algas de color verde oscuro florecen y se agitan entre las olas como nubes grandes que se confunden entre sí. El cielo está nublado y pesado—como si se acercara. Es la temporada de huracanes. El agua fría del Océano Atlántico nos alcanza mientras nos preparamos para bucear con equipo pesado. Somos un grupo diverso de buceadores principiantes torpes, preparados con nuestro nuevo equipo. Justo cuando comienza a llover, el buceador profesional, conocido como divemaster, indica que nos bajemos y, entre las olas agitadas, nos sumergimos en las profundidades de la bahía.
Bajo la superficie, todo está tranquilo. Utilizamos nuestras aletas largas para impulsarnos hacia una maraña de algas que se encontraba más abajo. El fondo del océano está lleno de desechos plásticos, basura que llega a causa de la economía turística que impulsa a la ciudad de arriba.
Unos minutos después de habernos sumergido, a través del agua turbia, veo un coral cerebro. Una mitad del coral esférico es de color marrón intenso y tiene una apariencia saludable, está ranurado y elaborado como un cerebro humano que descansa en el fondo del océano. La otra mitad, sin embargo, es blanca como un fantasma. Una colonia antigua de corales está siendo invadida por lesiones causadas por tejido enfermo.
Esta es la primera vez que veo en la costa Boricua algo que ya es común: arrecifes parcialmente devorados por la enfermedad más letal que actualmente afecta a los corales en el Caribe.

Los científicos no están seguros de qué causa la SCTLD, pero saben que rápidamente está diezmando los arrecifes de Puerto Rico. La ilustración anterior muestra un ecosistema de arrecife de coral infectado. Ilustración por Alexander Lebron.
Para los ecólogos de arrecifes de coral, como Fabiola Rivera Irizarry, que han estado investigando la propagación de la SCTLD desde finales del 2019, estos recursos eran más que bienvenidos. En mayo del 2021, escribió un artículo de opinión para el periódico local El Nuevo Día en el cual describió la enfermedad contagiosa como “una pandemia en el arrecife”. (Aunque, técnicamente, la propagación de la SCTLD aún está en su fase epidémica). “Esta es una enfermedad letal”, me dijo en octubre.
“Un coral de 500 años, un coral de mi tamaño, puede morir en cuestión de meses, en cuestión de semanas. Como bióloga marina, para mí es muy triste ver cómo estos corales enormes están muriendo a un ritmo tan rápido. Es impactante, porque estoy viendo el coral morir en mis manos”.
En vez, nos sentamos en la playa y hablamos de lo que ella cariñosamente denomina como “sus” corales. “Digo mis corales porque trabajo en la región”, dijo mientras sonreía orgullosamente. Este sentido innato de responsabilidad y gestión es característico de Irizarry. Su cuenta de Instagram es “@faveolata”, un juego de palabras con su nombre, Fabiola, y una alusión a su especie de coral favorita: el coral estrella montañoso (Orbicella faveolata). La mayoría de las veces, Irizarry publica fotos de ella misma en el campo rodeada de agua turquesa y paisajes marinos increíbles. Para ella, su trabajo como científica marina es una oda al océano que rodea las islas tropicales.
"Mi primer recuerdo de la infancia que tiene que ver con el océano es estar en el agua, ver las olas ir y venir y percatarme de caparazones pequeños mientras me preguntaba de dónde venían”, dijo. A medida que pasaban los años, esa curiosidad y capacidad de asombro la impulsaron a estudiar ecología marina, a explorar “todo ese otro mundo debajo del agua que es invisible para la mayoría de la gente”.
Actualmente, Irizarry está estudiando para obtener su doctorado en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, mientras continúa esforzándose por proteger las especies de coral que son parte de este mundo oculto y tienen SCTLD .
Algunos de los corales afectados por la enfermedad son el ramillete de novia y el coral estriado. La SCTLD también afecta algunas especies en peligro de extinción, como el coral pilar, coral estrella elíptica, coral estrella montañoso —que es nativo del Caribe— y el coral cerebro simétrico, que es uno de los corales que más lento crece en el mundo hoy día. “Puede que crezcan quizá 5 milímetros en un año”, dijo Irizarry, “es decir, en un año, un coral de cerebro crece hasta el tamaño de la punta de tu uña”.

Los científicos que —como Irizarry— estudian estos arrecifes de coral tan complejos y antiguos se encuentran tanto asombrados como preocupados. Los arrecifes de coral están muriendo a causa del cambio climático a través del mundo. Las temperaturas causan el blanqueamiento y la muerte de los corales, mientras que la acidificación del océano inhibe la capacidad de crecer de los corales. Un informe reciente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático establece que sobre tres cuartas partes de los arrecifes de coral del mundo que se encuentran en aguas cálidas podrían desaparecer con sólo medio grado centígrado más de calentamiento global. La Gran Barrera de Coral de Australia, la estructura viva más grande de la Tierra, ya ha perdido la mitad de sus corales durante los últimos 25 años.
La primera vez que se detectó la SCTLD en Puerto Rico fue en noviembre 2019, cuando un ecólogo de coral descubrió colonias plagadas de la enfermedad en la Reserva Luis Peña, frente a Culebra, una isla paradisíaca al noreste de Puerto Rico. El equipo de buceo contaba con Edwin Hernández-Delgado, científico sénior de la SAMPR y profesor de biología marina de la Universidad de Puerto Rico. Pero no era la primera vez que Hernández-Delgado presenciaba la SCTLD.
Hernández-Delgado —un biólogo marino y educador apasionado— dice que la primera vez que observó los síntomas de la enfermedad en los arrecifes de Puerto Rico fue en el año 2018, cerca de la ciudad de Humacao, en la costa este del archipiélago. Cuando se encontró con corales con manchas blancas y enfermizas, supo que estaba presenciando un fenómeno que posiblemente podía tener efectos devastadores. Apenas unos años antes, en el 2014, la SCTLD apareció por primera vez al sureste de Florida. Los científicos observaron con horror cómo un coral estrella montañoso de 330 años empezó a perder su color. Luego, pedazos de tejido empezaron a desprenderse. Este coral había sobrevivido a la Revolución Industrial, varios huracanes y los impactos del desarrollo costero extenso. Una vez que contrajo esta nueva enfermedad, murió en cuestión de meses. Desde entonces, la enfermedad se ha extendido a través del 90% del Arrecife de Florida.
Hernández-Delgado trató de advertir a sus colegas sobre un posible brote de la enfermedad cuando observó síntomas similares en los corales de Puerto Rico. Les mostró fotos de corales afectados, pero le dijeron que sería imposible confirmar casos de la SCTLD sin una monitorización constante. El Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) de Puerto Rico también descartó sus preocupaciones.
"Nadie me creyó por más de un año", dijo Hernández-Delgado. Durante ese año, la enfermedad se propagó rápidamente por los arrecifes de las islas de este a oeste, arrasando entre el 40% y el 60% de las poblaciones de arrecifes de coral de Puerto Rico. Muchos de los corales afectados tienen entre 100 y 500 años. "Hay una tasa de mortalidad de corales espantosa; me refiero a que hemos perdido el 40% y el 60% de los corales vivos en menos de un año", dijo Hernández-Delgado
A pesar de los orígenes de la enfermedad, los científicos han descubierto que la amoxicilina —hasta ahora— ha demostrado ser la forma más eficaz de tratar la SCTLD. El antibiótico se mezcla con una pasta orgánica biodegradable y es aplicado directamente sobre los corales infectados. Según los investigadores de Florida, la amoxicilina tiene una tasa de efectividad para salvar a los corales de 70%-90%.

Algunos científicos se han frustrado con este tipo de situación compleja que presenta tantos retos. “Aunque el estado de emergencia ya se declaró, en mi opinión, no veo que se esté tratando así”, dijo Jiménez.
"Si queremos salvar los corales, todos tenemos que poner de nuestra parte para ayudar", dijo Rivera Irizarry, "no sólo los científicos".
En el fondo del océano del Escambrón, un banco de pargo de cola amarilla, endémico de estas aguas del Atlántico occidental, comenzó a seguirme. Casi parece que sienten curiosidad por mí, siguen cada uno de mis movimientos, como si quisieran entender por qué un humano visitaría estas profundidades. Sus cuerpos, pequeños y plateados, están divididos por una línea amarilla estrecha en el centro que se extiende lateralmente hacia sus aletas y colas bifurcadas. Los pargos de cola amarilla se encuentran sobre todo alrededor de los arrecifes de coral, y en los dos días que hemos estado buceando en esta parte de la bahía, los he visto por todas partes.

Este reportaje fue posible gracias al apoyo de cientos de personas que donaron a través de 9 Millones.
Gracias a David Noah Guarneri, Daniel Joyce, Cecilia Jayo, Alfredo Vincenty, Atheel Elmalik, Elizabeth Woodson, Fanny Martinez, Jorge Padilla, Lana Homeri, Thomas Hayden, Nathanael Mengist, Sandra Bravo, Amelia Glum, Phillip Krzeminski, Anna Olson, Mary Carpinelli, Robert Lebron, Kopano Ramsay, Shara Lili, Aimee Siberon, Lyla Johnston, Kevin Lebron, Nicole Boriski, Gerson Crespo, Dulce del Rio-Pineda, Jose Miguel Pacheco Gale, Lazaro Escudero, Amalia Saladrigas, Ivette Gonzalez, Erica Gonzalez, Nicolás Vitek Colon Padilla, Gabriel Rios.
Orgulloso de Fabiola, luchadora incansable y dedicada por proteger nuestro planeta.
¡Excelente reportaje!