Esta empresa convierte desperdicios en materia prima
Materia Madura es una empresa que crea artículos a base para desviar materiales orgánicos e inorgánicos de los vertederos.
El taller de Materia Madura es un pequeño y acogedor espacio en Río Piedras, donde se pueden apreciar piezas como recipientes multifuncionales, desde bandejas decorativas hasta juegos de dominó. A simple vista, uno no se imaginaría que estos artículos están hechos con materiales que usualmente se echan al zafacón como la cáscara del plátano, la borra del café y hasta metales como el aluminio.
Ana Cristina Quiñones, fundadora de Materia Madura, comenzó a cuestionar el uso de los materiales más comunes cuando estudió su bachillerato en diseño industrial en la Escuela Internacional de Diseño y Arquitectura de la Universidad Ana G. Méndez.
“Al empezar a estudiar, viendo todos esos procesos, los materiales con los que me encontraba eran materiales completamente no sostenibles. Mucho plástico, PVC, acrílico, resina tóxica, madera y metal. Estos son los materiales comunes y corrientes con los que se diseñaba en aquel momento y hoy día. Y, como los productos se desarrollan con estos materiales, pues eventualmente terminan en los vertederos.” indicó Ana.
Materia Madura comenzó hace diez años como un proyecto de investigación. Para el año 2020, en plena pandemia, Ana decidió incorporar a Materia Madura como un negocio con la misión de poder ofrecer alternativas al desperdicio local y a la ineficiencia del reciclaje. “Materia Madera surge por ese mismo propósito; como nosotros como una compañía de diseño podemos desarrollar materiales hechos de desperdicio local, y transformarlos en materia prima para diseño funcional, así utilizando el desperdicio como recurso para diseño.”
El secreto de Materia Madura es una mezcla propietaria compuesta por materia prima de desperdicio, e ingredientes sustentables y no tóxicos. El proceso es simple; se prepara la mezcla, se vierte en el molde, y se seca naturalmente por 24 horas. Luego se lija, se limpia y se sella con aceites naturales para resaltar el color natural de los materiales de desperdicio utilizados en los productos.
El día que visitamos el taller, vimos cómo se creó un “oval organizer”-organizador ovalado en español-. Como muchos de los artículos de la marca, tiene múltiples funciones: se puede utilizar para guardar utensilios de cocina, maquillajes, accesorios, lápices, y demás.
Materia Madura es parte de una red de compañías y organizaciones sin fines de lucro que están combatiendo el problema de los desperdicios orgánicos en Puerto Rico. Hasta ahora han hecho objetos con materiales como los restos del pan, de árboles de Navidad, viruta de madera, la cáscara del plátano, y la borra del café.
En Puerto Rico, se estima que aproximadamente un 35% del material que acaba en nuestros vertederos son productos orgánicos de los cuales un 12% son alimentos. Este estudio de caracterización se llevó a cabo en el 2003 y aún esperamos datos más actualizados.
Sin embargo, Materia Madura está constantemente desarrollando formas de reciclar nuevos materiales y han comenzado a trabajar con materiales inorgánicos como metales como los restos de aluminio y MDF (fibropanel de fibra de densidad media). Además reutilizan lo que sobra de su producción.
“Lo más difícil ha sido educar sobre porqué nuestros productos tienen su valor y porque el desperdicio realmente no debe considerarse como desperdicio sino como un recurso, como materia prima, funcional, para diversos propósitos.” expresó Ana.
Para conseguir su materia prima, Ana ha establecido alianzas estratégicas con empresas locales como cafeterías, restaurantes y panaderías artesanales. Esto le da la oportunidad a estos negocios a desviar material que hubiera terminado en los vertederos. “En la colaboración se puede lograr mucho más que una sola persona.” enfatizó Ana.
En diciembre, Matera Madura ganó cuatro premios en la competencia EnterPRize de la organización sin fines de lucro Guayacán. Con los $70,000 van a expandir sus facilidades y adquirir maquinaria para continuar automatizando los procesos y expandiendo la capacidad de su producción.
“La idea es seguir creciendo para poder crear un impacto positivo para nuestras comunidades y el ambiente y de esta manera, seguir creando alternativas viables en Puerto Rico que no solo se comercialicen para la comunidad puertorriqueña, sino que también se puedan exportar fuera y dar a conocer que en Puerto Rico sí existe la innovación, y sí existen soluciones sustentables que son viables y funcionales para todo propósito.” resaltó Ana.