OPINIÓN: Las mujeres lideran la justicia ambiental en Puerto Rico

OPINIÓN: Las mujeres lideran la justicia ambiental en Puerto Rico

Este artículo fue originalmente publicado en Intervenxions, una publicación académica de The Latinx Project de la Universidad de Nueva York (NYU por sus siglas en inglés). The Latinx Project explora y promueve el arte, la cultura y la investigación de la comunidad latina en Estados Unidos a través de programas creativos e interdisciplinarios. Read the English version here.

El título de este fotoensayo subraya el papel importante que juegan las mujeres en proteger y abogar por la salud y el bienestar de sus comunidades y ecosfera compartida. En cada esquina del planeta, la comunidad y el planeta, defensoras ponen sus vidas en riesgo y priorizan el trabajo comunitario para exigir justicia ambiental, climática y ecológica. En las Américas, la conquista europea etnocida creó un sistema patriarcal, colonial y capitalista sostenido por la supremacía blanca, la dominación y prácticas extractivas muy violentas. Este sistema, bajo el cual aún vivimos, concibe a la Tierra y a las mujeres —particularmente mujeres indígenas, afrodescendientes y con desventajas socioeconómicas— como si fuesen recursos explotables y reemplazables de los que se puede extraer vida y labor. Hoy, la extracción desenfrenada y continua de la habitabilidad en la Tierra nos está acercando peligrosamente al borde del ecocidio. Sin embargo, como productoras, sostenedoras y protectoras de la vida, mujeres de todo el mundo han sonado las alarmas sobre la salud de las comunidades, la humanidad, los ecosistemas y la Tierra, y están trabajando para proteger estos espacios y lugares. 

En Puerto Rico, las mujeres también están en la primera línea de respuesta ante la llamada a la acción global para proteger la Tierra de la destrucción continua construida por las fuerzas incesantes del capitalismo patriarcal, neoliberal y neocolonial. Activistas puertorriqueñes han estimado que las mujeres forman cerca del 70% de los voluntarios comunitarios, activistas y defensores del ambiente y la justicia ambiental que hoy trabajan en el archipiélago. En este fotoensayo, ofrecemos una mirada de cerca a diez líderes comunitarias, defensoras ecosociales y activistas puertorriqueñas que trabajan sin cesar para educar, proteger y cuidar la naturaleza y las personas del archipiélago. Durante la década pasada, la colonia ha enfrentado turbulencia política y económica, al igual que traumas y peligros atmosféricos, geológicos y virales cada vez más intensos. Combinados, estas calamidades han retado la habilidad de la población para vivir vidas seguras, saludables y dignas, al igual que la viabilidad de Puerto Rico como espacio. En cada momento, sin embargo, estos retos han sido enfrentados por la tenacidad, ingenuidad, trabajo duro y perseverancia de la gente puertorriqueña, con las mujeres liderando la carga de la ecojusticia, tanto en el archipiélago como en la diáspora en Estados Unidos. 

Vanessa Uriarte, directora of Amigxs del Mar, una organización que aboga por una ley que podría crear una moratoria en las construcciones en la costa de Puerto Rico. Foto tirada por por Mari Blanca Robles López.

Mientras los puertorriqueños navegan amenazas a la sobrevivencia y el bienestar, tras el impacto del huracán Fiona, los residentes también están reviviendo el impacto devastador y los daños gubernamentales que experimentaron tras los huracanes Irma y María. En septiembre 2023, el sexto aniversario de estos eventos, honramos las mujeres comunitarias, tanto en el archipiélago como en la diáspora, que trabajan como primeros auxilios y como fuentes de sabiduría y fuerza. Las mujeres y sus familias cocinan, comparten comida y agua con seres querides, vecinos y la comunidad: cuidan  a sus mayores; ayudan a limpiar escombros; comparten baterías, lámparas y cables eléctricos; dan pon en sus carros; esperan juntas en filas largas de agua, gasolina y servicios médicos en hospitales; y se unen para apoyarse y compartir sobre el impacto desastroso de estas tormentas. En la diáspora, las mujeres organizan recaudación de fondos, envían suministros a familiares y amistades, y expresan su indignación en las redes sociales, protestas, y cuando sea posible, a políticos estatales, sobre los esfuerzos de recuperación ineficaces. Juntos, los puertorriqueños en todas partes continúan en luto por la pérdida de miles de personas que murieron como consecuencia de los huracanes Irma, María y Fiona. Estas vidas permanecen como advertencias de las amenazas estructurales y sistémicas que surgen de la privatización del sistema energético, todo mientras los gobiernos locales y federales demuestran ineptitud continua e indiferencia cruel ante catástrofes climáticos cada vez peores que ponen en peligro la salud, sobrevivencia y bienestar de las comunidades. Si los últimos 6 años han enseñado algo a los puertorriqueños, ha sido la importancia de las alianzas entre la diáspora y el archipiélago a través de esfuerzos solidarios inter y multigeneracionales para crear un Puerto Rico sustentable, digno, equitativo y saludable para nuestras personas, mientras salvaguardamos el ecosistema que sostiene la vida en el archipiélago. 

A la izquierda, Mariolga Reyes Cruz, directora ejecutiva del Fideicomiso de Tierras Comunitarias para la Agricultura Sostenible (FiTiCAS), y a la izquierda, fundadora de 9 Millones, Camille Padilla Dalmau, sonríen en la plaza del mercado en Río Piedras. Foto tirada por Mari Blanca Robles López.

Las defensoras de las comunidades y de la Tierra que se presentan aquí crean varias estrategias para afrontar, sobrevivir y prosperar dentro y más allá de un sistema político y económico opresivo. Por ejemplo, Mariolga Reyes Cruz, defensora de la tierra, explicó que, para manejar con la turbulencia del presente, ella y su familia participan del cimarronaje moderno. Ante la necesidad, crean rutas de escape a espacios seguros, y así pueden entrar y salir de los sistemas sociopolíticos competitivos, extractivos-destructivos e impulsados por poder que operan en el presente. Mariolga maneja muchas estrategias para vivir bien y disfrutar su vida dentro de un sistema que no le facilita a les ciudadanos vivir una vida buena y digna. 

Anabela, una promotora de salud y activista comunitaria de Loíza, explicó que ella ama a su pueblo, su comunidad y su vecindario. Este amor que siente por este lugar —su naturaleza, su gente, y sus sistemas de apoyo mutuo que les sostiene— junto con el conocimiento ancestral de la naturaleza y el bienestar, fueron heredados por Anabela, y motivan su dedicación a la ecojusticia en el archipiélago.

Anabela Fuentes es una líder comunitaria en Loíza, Puerto Rico, que está creando una escuela para enseñar a jóvenes sobre prácticas sostenibles de pesca. Foto tirada por Mari Blanca Robles López.

En colectivo, estas mujeres están formando a Puerto Rico en un espacio saludable y seguro para todes. Los movimientos ambientales, climáticos y de justicia ecológica liderados por mujeres defienden a grupos históricamente marginados, como la “naturaleza,” mujeres, puertorriqueños negros y afrodescendientes, migrantes negros, personas que viven en áreas rurales, y las comunidad LGBTQ+. Colectivamente creemos en que un futuro radicalmente inclusivo, en que todos pueden sobrevivir y vivir vidas dignas, es el único camino sustentable para nuestro archipiélago y para nuestra gente. Aunque aquí presentamos individuos y grupos que están creando justicia ambiental, climática y ecológica, esta historia colectiva es solo una presentación breve de estos problemas. Por lo tanto, nuestro trabajo invita a que se continúen contando historias que apoyen la construcción de comunidad y transformaciones de las causas raíces para la sobrevivencia y prosperidad en el archipiélago y más allá.  

Marisel Robles Gutierrez se para frente a una bandera puertorriqueña. Su tatuaje lee, “Ni una más, ni una menos”, una consigna usada contra los feminicidios en toda América Latina. Foto tirada por Mari Blanca Robles López.
Marisel Robles Gutierrez se para frente a un mural en el Centro de Apoyo Mutuo de Caguas que lee “Solo el pueblo, salva el pueblo”. Robles trabaja con Comedores Sociales, que ha respondido a la emergencia climática al atender la inseguridad alimenticia, y también está implementando estrategias a largo plazo como un supermercado cooperativo que ofrece comida fresca y local a precios asequibles. Foto tirada por Mari Blanca Robles López

La serie Madres de la Tierra honra a mujeres que están cultivando e innovando proyectos que atienden la injusticia ambiental y climática a lo largo del archipiélago de Puerto Rico. La producción de esta serie fue posible gracias al apoyo del Economic Hardship Reporting Project. Para leer los perfiles completos y escuchar las historias orales de estas mujeres, visita www.madresdelatierrapr.com

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