Las agencias no responden a las necesidades de la gente que cultiva la tierra
Aun cuando la Autoridad de Tierras y la Administración de Terrenos tienen amplia potestad para actuar en beneficio de los pequeños y medianos agricultores, las agencias pueden hacer mucho más para responder a sus necesidades, según una investigación del Fideicomiso de Tierras Comunitarias para la Agricultura Sostenible (FiTICAS) en colaboración con Espacios Abiertos.
El informe Acceso a tierras agrícolas: política pública actual y experiencias destaca la dificultad de los agricultores sin capital para acceder a tierras públicas cultivables, en particular, debido a la preferencia por la agricultura industrial a gran escala y el monocultivo por parte de las agencias gubernamentales.
En entrevista con CLARIDAD, la directora ejecutiva de FiTICAS, Mariolga Reyes Cruz, indicó que una de las motivaciones para la investigación responde a que el Fideicomiso se fundó a finales del 2019 para proteger tierras a perpetuidad y pasar su uso a agricultores agroecológicos, que siembran cuidando la naturaleza y que no tienen tierras ni capital.
“Desde el FiTICAS reconocemos, por un lado, que de las 600 mil cuerdas que identificó el Plan de Uso de Terrenos del 2015, la mayoría, está en manos privadas, y muchos de los retos que enfrentan los agricultores que siembran a pequeña y mediana escala, arrendando o financiando la compra de tierra, son problemas que están enfrentando tanto con el sector privado como con el Estado”.
Reyes Cruz indicó que los agricultores que siembran a pequeña escala —5, 10 o 20 cuerdas— se han enfrentado con que tienen que alquilar fincas más grandes de las que utilizan. En el caso de la Autoridad de Tierras (AT), se encontró que las fincas disponibles son de 50 cuerdas o más. La investigación revela que las leyes y reglamentos que rigen a la AT les permite segregar la finca o arrendar fincas a grupos de agricultores y que esos agricultores decidan cómo se van a distribuir la tierra. Pero, estas son cosas que la agencia no ha estado dispuesta a hacer, denunció.
“Eso refleja más un asunto de mentalidad que un asunto de reglamentación”. Defendió que dividir las fincas daría más oportunidad a que haya más agricultores y también implicaría que los agricultores comiencen donde pueden. “Estamos hablando de agricultores que lo que quieren es sembrar, no son agrocomerciantes con líneas de crédito con financiamiento privado, es gente que quiere producir”.
En ocasiones, la agencia reconoce que en una finca de 50 cuerdas hay zonas que no son cultivables porque son humedales o mogotes, pero les cobra el arrendamiento por las 50 cuerdas. Estas son acciones que están dentro de la discreción de la agencia.
Destacó que el apoyo a este tipo de proyecto de fincas pequeñas agroecológicas está más alineado con lo que se está planteando a nivel internacional de que es necesario producir alimento mitigando y adaptándonos al cambio climático. “Reconocer las particularidades de este tipo de agricultura es algo que también está a su discreción”, sostuvo la directora ejecutiva del Fideicomiso de la Tierra.
En este tipo de agricultura se trabaja en más de un cultivo en una cuerda. Eso quiere decir que una cuerda no va a tener el mismo rendimiento económico que una cuerda de cultivos que toma tres, nueve, meses o tres años en producir, a una que es de ciclos cortos. Los cánones de arrendamiento tienen que poder ver eso; si no lo ven, van a tratar a todo el mundo como si fuese un agronegocio de monocultivo para exportación.
Reyes Cruz y la investigación citan que el Censo Agrícola de 2018 del Departamento de Agricultura de EE. UU. reflejó que la mayoría de las fincas en Puerto Rico hacen menos de $10,000 anuales. Con esos ingresos, el agricultor tiene que enfrentar los gastos de la finca y su subsistencia, razón por la cual la mayoría tiene más de un trabajo.
“Si el Estado tiene en sus manos asumir parte de los riesgos que están asumiendo estas personas a nivel individual, debe ver que enfrentamos una alta vulnerabilidad alimentaria. Lo que queremos es que la gente que está en las agencias sepan, si no lo saben ya, qué es lo que les impide hacerlo; que se puede, que está en sus manos”.
Falta de información sobre las tierras
El estudio recoge que entre 1940 a 2018 ha habido una reducción del 85% del número total de fincas agrícolas y el 74% del terreno destinado a la agricultura. La investigación revela, además, que las agencias no cuentan con la información necesaria para establecer la cantidad de cuerdas de tierras agrícolas públicas en Puerto Rico.
Según el último Censo Agrícola, en Puerto Rico hay unas 487,775 cuerdas, equivalentes al 21.6% de las tierras disponibles, en uso agrícola. Estas se dividen en 8,230 fincas de un tamaño promedio de 59.3 cuerdas. De las 487,775 cuerdas en uso, aproximadamente 52,870 cuerdas pertenecen a la Autoridad de Tierras, lo que representa un 10.8% del total de fincas agrícolas productivas del país. Por parte de la Administración de Terrenos, que también arrienda tierras para uso agrícola, los datos sobre estas tierras no están disponibles.
Reyes Cruz expresó que entre los llamados a la acción deben considerar la importancia de tener los datos actualizados de las tierras en dominio de las agencias, incluyendo información detallada sobre el número de tierras arrendadas, las que están en usufructo, y el uso que se les está dando. Contó que a los agricultores les cuesta mucho trabajo y años obtener un contrato porque cuando van a la agencia no les dan un mapa de dónde están las fincas ni cuáles son sus condiciones.
También, es importante que haya informes de gastos repagados, para conocer la inversión que está haciendo la Autoridad de Tierras o la Administración de Terrenos en la adquisición de terrenos, en mejoras permanentes, en servicio para el mejoramiento de los equipos adquiridos para los agricultores y servicios profesionales y otra asistencia dirigida a los agricultores. Es decir, que ambas agencias rindan informes de cómo están invirtiendo en ese desarrollo agrícola, tanto en las tierras públicas como en servicio directo a agricultores, agregó.
Esta nota fue originalmente publicada en la página web del periódico Claridad. 9 Millones está publicando una versión editada y acortada. Para leer la versión original, pulse aquí.