La Casa Alianza: edificio rescatado que cuenta la historia de lucha en Vieques
VIEQUES -. La casa histórica, abandonada y deteriorada —en la 486 de la Baldorioty de Castro— hoy luce distinta: un ejército de mujeres la ha limpiado, reparado y saneado. Donde estaba pegado un letrero de “Se vende”, ahora descansa un cartel que lee: Alianza de Mujeres Viequenses. Ahí están reunidas algunas de las mujeres quienes lucharon por la salud y la paz del pueblo viequense, en contra de la marina de guerra de Estados Unidos. Un lazo violeta cubre la puerta de madera en la entrada. La casa está vestida y lista para la ocasión.
Al interior del edificio, una fila de camisetas con mensajes cuelga de un cordel, como evidencia de la historia política en la que está fundamentada la organización: “Paz en la tierra. ¡No a la Guerra”, “¡Fuera la Marina! Porque Vieques es nuestra casa”, y “¡Viva Vieques Libre!”. Son las camisetas que sudaron las mujeres que marcharon y lucharon. También, entre ellas, cuelga otra con la consigna: “Vota 2 X Paz”, en referencia al referéndum de 2001, en el que el 80% de los habitantes viequenses votaron por el cese inmediato de los bombardeos y por la salida inmediata de la Marina.
“Este es el símbolo de que aquí hubo una lucha”, compartió Charissa Crispín Torres, activista y miembro de la alianza, durante la ceremonia de reapertura de la sede conocida como Casa Alianza, que se celebró el sábado, 15 de julio. Crispín Torres recuerda que, en la Casa Alianza, escucharon los resultados del referéndum, y desde ahí marcharon a la plaza del pueblo. En ese entonces, ella participaba de la Juventud Unida Viequense y su mamá formaba parte de la Alianza.
La alianza se originó en 1999, tras el homicidio del guardia de seguridad David Sanes, quien murió a causa del bombardeo de la Marina contra el puesto de observación de Cerro Matías. Surgió, precisamente, para visibilizar y organizar a las mujeres en la Isla Nena en la lucha contra la marina estadounidense.
“Hoy, comienza otra parte de esa historia”, puntualizó Crispín Torres. Sus palabras marcaron el momento en que las integrantes más jóvenes comenzaron a deshacer el lazo violeta en la puerta de entrada. Entonces, todas juntas, entraron a la casa histórica.
La reapertura ocurre tras un año desde que se iniciaron las conversaciones para retomar las reuniones, las capacitaciones y la organización comunitaria. Las activistas jóvenes tenían interés en aprender de la experiencia de las cofundadoras, para movilizar al pueblo viequense en aquellas causas que más les impactaban: el derecho a la salud, transportación y vivienda; el derecho a una vida digna.
Zaida Torres hizo hincapié en que, aunque la Casa Alianza cerró sus puertas en 2006, las mujeres continuaron trabajando y creando organizaciones como Vieques en Rescate, que ayuda a los viequenses con cáncer. “Las mujeres seguimos trabajando por el bienestar y la salud de nuestro pueblo”, enfatizó la miembro de la alianza.
En su reapertura, la Casa Alianza se posiciona como un espacio para recordar y continuar la lucha por la salud y por el bienestar de las familias viequenses. Además de fungir como sede para la organización política, servirá como un “espacio seguro” para entender las necesidades, conectar con la comunidad y ofrecer servicios.
Por otro lado, el espacio honra la memoria de quienes lucharon por los derechos del pueblo viequense. Las paredes del edificio estaban llenas de fotos de las mujeres que han integrado la alianza. En una esquina de la sala, prepararon dos altares —uno para la Virgen del Carmen, patrona de los pescadores, y otro para las integrantes que han fallecido.
La cofundadora de la alianza, Judith Conde, y la directora ejecutiva de Taller Salud, Tania Rosario, firmaron un acuerdo colaborativo en el que la organización basada en Loíza se comprometió a apoyar a la alianza con gastos operacionales y talleres sobre la salud reproductiva. En sus expresiones, Rosario recordó cómo Vieques fue su escuela de formación política.
Otras organizaciones de Vieques y de la Isla Grande se unieron para celebrar la reapertura. Entre ellas, estuvieron presentes: la Colmena Cimarrona, Vidas Viequenses Valen, el Festival de Cine y Derechos Humanos de Vieques, y el grupo teatrero Agua Sol y Sereno, que presentó su obra “Comer”, pieza que inspiró los presentes a reflexionar sobre el sistema alimentario en Puerto Rico.
Violentado el “espacio seguro”
En medio del derroche de felicidad de las participantes, dos agentes de la Policía de Puerto Rico se asomaron a la puerta de la Casa Alianza para poner una denuncia criminal contra una de sus integrantes más jóvenes: Katherine Martínez Medina, de 20 años, recibió una citación para comparecer ante el Tribunal de Fajardo. El Estado alegó que ella “empleó violencia o intimidación contra la autoridad pública”, en una manifestación previa contra una subasta del Municipio de Vieques.
“Entran a un espacio, que estábamos celebrando como un espacio seguro, de unión; y llega, nuevamente, la fuerza policial para recordarnos que tenemos esa amenaza siempre presente”, comentó Martínez Medina, en entrevista con 9 Millones. Describió la amenaza como la violencia y represión del “Estado, del sistema patriarcal y machista, que continúa tratando de que esta unión de mujeres, esta nueva fuerza, no se dé”.
“Saben que estamos pensando no solo en el hoy, sino en el mañana. Saben todo lo maravilloso que puede surgir de esta unión, que amenaza su poder y estabilidad”, agregó.
La citación, en la que el tribunal determinará si existe causa para arresto, ha sido aplazada para el 8 de agosto. Si el tribunal encuentra causa para arresto, el Estado tendrá que probar que existe causa para acusar y, luego, probar el caso más allá de duda razonable mediante un juicio por jurado o por derecho. El Código Penal de Puerto Rico impone una pena de reclusión por tres años a quien se encuentre culpable de este delito.
Martínez Medina había hecho desobediencia civil, junto a una decena de mujeres y simpatizantes, para protestar el mecanismo de subasta que usaba el Municipio de Vieques para vender solares públicos: al mejor postor y a quienes poseen la capacidad de pagar el 10% del costo el mismo día.
“Son condiciones inaccesibles, que quienes único podrían subastar eran extranjeros con alto capital. Nos organizamos y decidimos hacer presencia ese día para que no se continúe desplazando viequenses”, detalló la mujer, quien admitió sentir estrés por la citación, que catalogó como una intimidación, al tiempo en que confía en que el caso se caerá.